martes, 18 de noviembre de 2014

Cosas que suceden en Otoño


Hoy vengo a hablaros de algo que me ocurrió hace justo 1 año.

No sé si conoceréis mi ciudad, o como mucha gente dice, un pueblo grande, situada en un cachito de Extremadura, llamada Mérida, o como la llamaban en la antigüedad, Augusta Emérita.
¿Conocéis la cantidad de parques y sitios llenos de ese color verde tan vivo, lleno de árboles y flores, de una naturaleza innata como es Mérida? Yo sí, pero aún me quedan muchos rincones ocultos y a la vez, preciosos y mágicos por conocer.

A lo que iba, hace 1 año emprendí una nueva aventura, algo que anteriormente desconocía, y que me alegro mucho de haberla hecho, ya que no todos los días una puede ser la modelo de un gran fotógrafo de la ciudad.

La manera que tiene de fotografiar cada detalle, cada movimiento, cada mirada, cada gesto, cada momento es crucial, porque de ahí pueden salir fotografías espectaculares. También depende mucho de la cantidad de rayos de luz que haya en ese momento, ya que la cámara juega mucho con las luces y las tonalidades.




A mí me encantó desde el primer momento, porque no todos los fotógrafos son capaces de transmitir tanta seguridad y confianza a la hora de intentar posar, porque no es fácil para la gran mayoría. El tener que posar forzosamente delante de un objetivo, no es nada sencillo, incluso muchas veces las personas que no entienden mucho de fotografía, se dan cuentan de que no hay naturalidad en la pose de la modelo, o simplemente con ver sus rasgos, lo notan.

Muchos fotógrafos te eligen el vestuario y los complementos, pero en mi caso no fue así. Sus palabras fueron: Vístete como quieras y enséñame como eres. Y yo no pude resistirme a vestirme con lo mejor que tenía en mi armario en ese momento.




La forma de vestir de cada persona, la caracteriza y marca su propia personalidad.

La fotografía es una de las pocas cosas que pueden guardar en una foto millones de momentos, anécdotas, sonrisas, carcajadas. ¡Y DE NUEVOS AMIGOS!


Fue una experiencia preciosa, me sentí inmensamente especial.
Que alguien tan profesional se fijara en tí para fotografiarte y que todo el mundo se quedara mirándote no ocurre todos los días. Y eso me encantó.
Ni yo misma creía que la que estaba en aquellas fotografías era yo, de lo bonitas que salieron.



Y así, un año después, estoy en el escaparate de Fotógrafos Patón.


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